Alicia R. Ramírez

   Por ser una especie de laboratorio político, Michoacán se encuentra en el olvido, a la buena de Dios, aquí en la entidad no hace falta organizar nada, es casi el paraíso de los partidos, solamente, desde hace décadas, quienes mangonean esos institutos, se reúnen en tiempo de elecciones, pero no para ver, comentar los problemas que padece la población, sino para saber cuáles figuras locales pudieran estar en las presidencias municipales, diputaciones o senadurías, siempre se nombran a quienes están bien relacionados con las direcciones del PRI, PAN, PRD o Morena, además de tener dinero, si no hay eso ni para que soñar. En todos los municipios la gente de la política anda alborotada.

   En Michoacán no hace falta platicar con las gentes, declarar lo que buscan los partidos, organizar a las militancias, y no se hace porque al cuarto para las doce, la ciudadanía se encuentra entre la espada y la pared, casi siempre vota por una propuesta progresista, eso se observa cuando Fox, Calderón pierden en la entidad, en otras partes ganaron, pero no aquí. Michoacán es laboratorio porque en las últimas elecciones, al cuarto para las doce, Morena pone como aspirante a Alfredo Bedolla, quien representaba al PRI ni se preocupó, porque creía que el triunfo ya lo tenía en la bolsa.

   Es laboratorio porque un exgobernador perredista, se dio el lujo de traer en su campaña, al mismísimo Enrique Peña Nieto, cuando esos dos partidos no compartían un antinatural amasiato. Hoy no existe voluntad, ni deseos para atender la violencia en Apatzingán, donde 600 personas andaban huyendo de la delincuencia. Se ha dejado al garete la situación de una criminal tala, arrasamiento de bosques, unos especialistas dicen que se ha perdido ya la tercera parte del bosque. Otros dicen que no, que ya es el 60 por ciento, la gravedad del problema se registra en la Cañada de los Once Pueblos, en Uruapan, en el Oriente y la parte de la sierra de Coalcomán. Fea está la cosa en Pátzcuaro, pues llueve sólo minutos, además de que existe una abusiva extracción de agua para venderla, secando cada vez más el lago que se va volviendo color café.

  Ya no se ve el interés, ni ánimo para hacer nada frente a una catástrofe ecológica ¿por qué?, pues por ser laboratorio político, que da lugar para que una señora que, mínimo, lleva más de 50 años en el PRI tiene la desvergüenza de venir a decir que está preocupada por el lago, después de ello declara en la Ciudad de México que desea ser Presidenta. Los gobernantes de Michoacán no se conduelen de los bosques, menos ahora que desean subirse al carro de la ganadora Claudia Sheimbaum. El bosque puede esperar y pobre de él si se le ocurre morirse. Que lejos queda aquella acción, donde Lázaro Cárdenas Batel ordena detener por los santuarios de la mariposa monarca, al misterioso “Señor de los Bosques”, que con sofisticado armamento imponía su ley, para derribar la madera que quisiera.

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