Fidel Rodríguez Ramos

   Algún día, se va a reconocer en Pátzcuaro a quienes pusieron su granito de arena, para tener un mejor país, recordamos en ese intento a don Pancho Alfaro, Luis Rey Cortés, a las mujeres valientes que ya en tres ocasiones han salido a las calles de la ciudad para mostrar su repudio a los feminicidios, ataques hacia ellas que permanecen aún impunes.

   Por esa búsqueda de la democracia, los maestros, trabajadores del antiguo INI y otras instituciones, han sufrido retención de sus salarios, agresiones injustas, arbitrarias detenciones. Por hacerse escuchar los comerciantes que no deseaban el establecimiento de grandes almacenes, llegaron al extremo de bloquear los accesos de la ciudad, muy pocos les acompañaron, muchos permanecimos indiferentes, seguramente pensamos que esas acciones a nada nos llevarían.

   La realidad fue adversa a esos pensamientos, en el 2018 sucede lo inimaginable, el pueblo, la ciudadanía se hace escuchar, se le respeta su decisión por nombrar su propio presidente. Eso, que hoy parece tan sencillo, ni en nuestros más grandes extravíos o alucinaciones lo llegamos a imaginar, suerte tenemos los viejos de ver cosas asombrosas, el despertar de la gente, de los indígenas que con las armas en 1994 gritaron: ¡Basta!.

    Ya lo dijimos en Reflejo de Michoacán, de aquí en adelante no servirán los gritos, sombrerazos de quienes aspiran al máximo cargo político que hay en el país, cada candidata, candidato habrá de arreglárselas solita (o). La ciudadanía dirá la última palabra en las urnas, decidirá si le han convencido las aspiraciones, propuestas de Sheimbaum o Xóchitl Gálvez, que siempre dijimos en éste espacio era la única carta fuerte de la oposición, no hay más, ni Santiago Creel, Beatriz Paredes, convencen, ni siquiera Quadri. En Pátzcuaro se ha probado de todo, quizás quienes tienen hoy una buena posibilidad para ganar los altos de Hidalgo sean los candidatos que proponga Movimiento Ciudadano o Verde Ecologista, todos los partidos han desilusionado, nos han dejado solos con nuestros problemas, para ellos no ha significado nada el derramamiento de sangre, los sacrificios cotidianos de la gente humilde, quienes controlan lo que fue un esfuerzo social, se sienten ajenos, superiores a nosotros, quizás porque son sumisos, agachones frente a otras cúpulas, minorías, que les dicen que hacer.

  Quien gane en el 2024 se las verá con una violencia desatada, que ha extendido sus tentáculos en todo el país, pero la situación no sólo es aquí en México, también este calvario lo viven en EUA. Quien triunfe probara lo difícil que es lidiar, quedar bien con las fuerzas armadas, con su enorme poderío, presencia, fuero, protección que les cobija. Setenta años no pudimos hacer lo que la gente libremente hará, por segunda ocasión el próximo año, antes se nos impedía hablar abiertamente, recuerdo que en la radio de la Universidad Michoacana durante nuestras intervenciones Gobernación nos bajaba la luz.  

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