Fidel Rodríguez Ramos
Así nomás, sin esperárselo nadie, apareció en el escenario político, la señora Xóchitl Gálvez, el hecho no es accidental, ella es fruto de lo mucho que han dejado de hacer todos los partidos políticos en México, interesados no en atender las necesidades sociales, sino en ver la manera de como enriquecerse usando los distintos cargos de representación popular, sin imaginar, pensar en el enorme daño que con su repetido actuar han hecho a la vida política del país, que significa el velar por la solución de las necesidades de la gente.
Hoy gracias a esa práctica nadie se siente motivado para atender serios problemas, como el abusivo actuar sobre una naturaleza, que poco a poco se va deteriorando, al grado de que desde 1941 no se había sentido un mes de junio tan caluroso. Los partidos son un club de Toby, donde quienes los manipulan gozan, reservándose el derecho de admisión a cualquier mortal.
Como no desear el control en los partidos, pues ello les garantiza una inmunidad, un blindaje, un fuero para comete fechoría y media. La pobreza que hay en esos institutos se muestra con Xóchitl Gálvez, de quien seguramente ya se ha estudiado su perfil, sus promotores creen que eso es lo que esperan ver millones de gentes, para vencer a Claudia Sheimabum, piensan que la muchedumbre, los votantes desean ver algo así como un espectáculo de lucha libre. Cada insulto, ocurrencia, desplante, bravuconería, atrevimiento de Gálvez, creen sus creadores, impactará a los votantes. Rechazando algún planteamiento que tenga que ver con el desarrollo, el rescate de la nación que seguramente les resultará aburrido. Quienes la “descubrieron” han de estar viendo, estudiando el video que filman en Morelia, donde Fox da a un ataúd, que traía las siglas del PRI, un tremendo puntapié que hace volar el sarcófago frente a catedral, con eso el PAN entierra definitivamente al PRI.
Creen que el nivel, conciencia política de la ciudadanía es igual al de la panista, quien presume de ser una pobre indígena, que ha luchado por sus hermanos, y quien sabe que haría cuando Fox la pone al frente del Instituto Nacional Indigenista (INI), lo único que da muestra de su paso por esa dependencia es su gusto por los huipiles. Innegable, la señora es todo un espectáculo, sobre todo cuando se pone la botarga de dinosaurio o Barnie. Gozo tienen los fotógrafos cuando megáfono en mano da fuertes golpes en la puerta de Palacio Nacional, exigiendo ser recibida por el mismo Presidente.
Ella, presume, solita ha puesto a temblar a Obrador y a todas las corcholatas, quienes al oír su nombre se ponen a sudar y comerse las uñas. Y si ven su imagen, huyen aterrorizados. Y ni modo esa es la democracia que hemos conseguido después de 20 años, error va a ser si la bajan como candidata, pues la oposición no tiene otra carta fuerte, debe ser Xóchitl y aunque usted no lo crea es la única capaz de comerse enterita a Sheimbaum, si eso lo cree Morena es posible que manden como bateador emergente a Marcelo Ebrard.