Fidel Rodríguez Ramos

   Aunque han sido pocas veces, una mayoría de la población, que hoy desean apartar de muchas situaciones que le afectan, ha tenido el coraje de escribir parte de su historia o destino. Lo hace en 1910, al ser actor principal de la fundación de un Estado moderno.

  Una segunda hoja la suscribe con la expropiación petrolera, las compañías extranjeras de Inglaterra con soberbia declararon que por nuestra supuesta incapacidad para hacer funcionar la industria de extracción de hidrocarburos, los llamaríamos nuevamente para que nos auxiliaran.

  Aunque fuimos defraudados, por nuestra falta de dominio para neutralizar todo el costal de mañas de que hacía gala el PRI, en 1988 ganamos con Cuauhtémoc Cárdenas la Presidencia de la República, eso nos da confianza para actuar con más decisión en el 2006 para repetir la acción y, nos queda la firme idea de haber ganado otra vez, ahora al PAN, la misma posición frente a Felipe Calderón quien más tarde lo reconoce al decir: “Haiga sido como haiga sido, gané”.

    La comprobación de lo anterior, se da con la llegada de Andrés Manuel López Obrador al gobierno, todas y todos hicimos el compromiso de hacer que se respetara nuestra voluntad. Aprendimos mucho y hoy nuevamente estamos en la puerta del mismo escenario, pues en el 2024 volveremos a decidir, más libremente, con más conciencia sobre lo que representará el dar o no nuestra confianza a dos fuerzas, donde una trata de volver al pasado y otra que desea recuperar la nación para todos.

   La suerte está echada, de nosotros dependerá el resultado de lo que se anuncia como una importante elección. Y hoy muchos nos quejamos que las cosas sigan igual que antes, eso en gran parte es cierto, pero se nos olvida que eso es posible por nuestra mayor falta de decisión para participar en todos los asuntos que de una u otra forma nos afectan desde el hogar, barrio, comunidad o ciudad, les dejamos toda la cancha a los partidos que siguen haciendo el mismo trabajo de hace ciento cincuenta años, pues consideran que su verdadera labor no es resolver los asuntos sociales, económicos de la nación, sino elegir a unos cuantos, sin méritos, falta de preparación para solamente administrar los municipios, estados o nación.

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