Fidel Rodríguez Ramos
Unos inocentes libros, han hecho posible un nuevo resurgir de los enemigos que México ha tenido desde 1521. De personas que consideran un pecado el conocer hechos que nos ofenden, hoy las nuevas generaciones deben saber el porqué, a pesar de vivir todavía en un país con grandes riquezas seguimos siendo pobres, mientras una minoría se vuelve cada vez más rica y poderosa.
Es un deseo, solamente, se quiere que los niños sean críticos, que entiendan las verdaderas razones de nuestros problemas. Se desea ocultárselas en vano, pues los pequeños saben perfectamente lo que ocurre a su alrededor. Aun así, por todos los medios se oculta información importante, se esconde la que más nos afecta. Así, por la construcción de un nuevo aeropuerto en Texcoco, debemos más de ochenta mil millones de pesos a quienes compraron desde los tiempos de Enrique Peña Nieto, bonos, obligaciones, títulos aquí y en el extranjero, esos documentos cómodamente les permiten obtener ganancias, réditos, además de que pueden obtener, cuando lo deseen, el costo que pagaron por ellos.
En 1917 una minoría de altos dirigentes de la iglesia, desconocieron la Constitución Mexicana. Por el hecho de que los consideraba igual a nosotros, sin ninguna protección o fuero especial que llegaron a tener durante siglos. En 1960 se enfurecieron cuando supieron de la aparición de los nuevos libros de texto gratuito, en Monterrey se reúnen cien mil personas para quemar libros, como hoy se hizo en Chiapas, donde al grito ¡son obra del demonio! fueron incinerados.
La condena hacia los libros en Chihuahua, Jalisco, Guanajuato, Querétaro nos habla de cómo todavía millones de compatriotas, siguen atrapados por esas minorías privilegiadas. Curiosamente fue en Querétaro donde por última vez se refugia el europeo Maximiliano de Habsburgo, traído por los ancestros del PRI y PAN para que viniera a gobernarnos, pues les ofendía Benito Juárez, que decía que para el bien de la nación debería existir un divorcio entre la iglesia y el gobierno. La iglesia se enfurece porque Juárez les arrebata el control firme que tenían sobre la enseñanza.
La nueva derecha no desea que se hable a los adolescentes de la píldora del día siguiente; sobre qué fue lo que perdimos en la guerra de 1847 contra los norteamericanos. Una exigencia que se nos hace en 1994 para que empezara a funcionar un dañino Tratado de Libre Comercio (TLC), entre EUA, Canadá y México, llamado hoy TMEC, fue que los libros de texto no deberían traer gran parte de la historia de nuestra República mexicana, por ello Ernesto Zedillo declara que los llamados Niños Héroes era una patraña, mentira que debía quitarse de los libros.