Fidel Rodríguez Ramos
Como por accidente fue la llegada de Xóchitl Gálvez, al máximo escenario de la política nacional, pues ella lo que pretende en un principio era aspirar al Gobierno de la Ciudad de México y, por extrañas cosas de la vida, su más grande promotor, para luchar por la Presidencia, indirectamente fue Andrés Manuel López Obrador.
Curiosamente la voluntad se inclinará hacia Sheimbaum o Xóchitl, no por los partidos sino por la gente que acuda a las urnas el próximo año. Algo extraño les pasó a todos los institutos, durante cinco años, pues no estuvieron en el pensamiento de la gente, debido a su escaso o nulo trabajo, que lo realizan al cuarto para las doce en el Estado de México y Coahuila, en el primero gana Morena y en el segundo el PAN.
Tan pobre ha sido el trabajo partidario que no se sabe a quién representa Xóchitl, que se ha posicionado en Jalisco, Aguascalientes, Coahuila, Querétaro y Guanajuato no por el PAN, PRI o PRD sino por organizaciones civiles de derecha, que de pronto se inclinaron por rechazar los libros de texto gratuito. Extraños van a ser los próximos comicios presidenciales, pues en muchos lugares, como en Pátzcuaro hay un repudio generalizado hacia todos, pues éstos jamás se hicieron presentes entre la gente, en sus problemas.
Y si hablamos de gentes, es porque seguramente muchos de quienes pertenecen a la clase media votarán por la ingeniera Gálvez, por creer que Obrador no ha hecho absolutamente nada para resolver el problema de la violencia en México, donde el ejército ha debido desactivar más de dos mil minas terrestres, sembradas en caminos rurales y centros urbanos para desatar un terror de alcances inimaginables. Quien daría el triunfo a Sheimbaum es la clase popular, los millones de personas que en el olvido viven padeciendo la falta de agua, aumento de precios, los estragos del cambio climático, el no estar con familiares debido a que han sido víctimas del llamado crimen organizado; por estar trabajando en el Norte.
Decimos lo anterior porque esa fue la gente que vimos en las visitas de quienes desean la candidatura de Morena, indígenas, personas del pueblo. Y también en ese sector popular hay millones de seres que por la pobreza, ignoran lo que va a ocurrir en el 24. No por ganas o desinterés sino porque para ellos es más importante conseguir el sustento diario. En el ánimo de los mexicanos pesará el que no se hayan aclarado aún la desaparición de los 43 normalistas; la caída de la línea 12 del metro; saber de la desaparición de miles de gentes; el castigo a los expresidentes, el exigir la salida de Obrador a la mitad de su mandato por el bloqueo que hacia esos dos procesos instrumenta el Instituto Nacional Electoral (INE), al ignorar que lo anterior puede darse en naciones que tienen un alto desarrollo democrático.
El país ha cambiado, no se tolerará el robo de la Presidencia, como lo hiciera el PRI por setenta años; junto a los panistas durante doce años. Quien iba a imaginar, que una mujer fuera capaz de silenciar al Presidente para que no se refiriera a ella, impidiéndole el uso de su DERECHO CONSTITUCIONAL para expresarse libremente. Y, aun así, se dice que vivimos en una dictadura que tiene como víctima a la señora Gálvez por parte de Obrador.