Alicia R. Ramírez

   Como les gusta a los norteamericanos, éste 24 de agosto hubo un soberbio show, espectáculo que ocupa a muchos medios de difusión en el mundo entero. Y como no si el expresidente Donald Trump fue a entregarse a las autoridades carcelarias, quienes lo ficharon, fotografiaron como se hace a los que son acusados de practicar ciertos delitos.

  A Trump con 40 denuncias, se le achaca de haber tenido la osadía de querer echar atrás las elecciones presidenciales del 2020, que pierde frente a Joe Biden. El expresidente Trump, sólo permanece pocas horas ante las autoridades carcelarias, pues a las pocas horas aborda un avión privado, hacia un lugar desconocido. Ante los medios de difusión vuelve a declamar su versión de haber sufrido un robo presidencial, denunciando que él fue el real ganador para seguir hasta el 2024 como mandatario reelecto.

  Por supuesto en toda esa parte del show, por supuesto no se menciona lo que el magnate hace tres años, un seis de enero, convocar, llamar a sus simpatizantes para que violentamente tomaran el Capitolio de Washington, para impedir que las autoridades declararan, formalizaran el triunfo legítimo de Biden. Días antes empiezan a llegar a la capital norteamericana, decenas de furiosos defensores del multimillonario Trump, el día mencionado, son llamados por el exmandatario para que inicien la ocupación.

  Y a una orden, cientos de personas empiezan a escalar los muros, rompen ventanas, puertas buscando a quienes culpaban de haber traicionado a Donald Trump, para lincharlos. Las fuerzas que resguardaban el recinto pronto fueron superados en número, trataron de persuadirlos para que se alejaran, en vano pues seis guardianes fueron muertos. Ante la gravedad de los hechos, un grupo de élite en seguridad, conduce a diversos funcionarios hacia lugares ideados para enfrentar una situación extrema. Quienes calificarían los comicios, trataban de refugiarse en algunos recintos, otros se arrojaban desesperados al suelo, temiendo lo peor, escuchando como los ocupantes trataban de echar abajo las puertas.

  Curiosamente el mismo escenario trata de repetirse después en Brasil, donde miles de opositores tomaron el edificio de Gobierno en Brasilia, con la finalidad de impedir en que un obrero metalúrgico, Inacio Lula fuera por tercera vez presidente. Afortunadamente no hubo muertes que lamentar, pero si en todo el planeta se difunden las imágenes de los múltiples destrozos, oficinas donde los cristales fueron rotos, muebles arruinados.

   En este día, los aspirantes para suceder a Biden, los del partido republicano, donde es miembro Trump, participaron en un debate, lo relevante del mismo fue: “De ser sucesoras (es) de Biden combatirán por todos los medios a los carteles del narcotráfico mexicanos, debido a que el mandatario Obrador no ha hecho nada, ni colaborado con Estados Unidos para terminar con esos grupos”. Donald Trump declara hace poco, que estuvo tentado de atacar con misiles a los carteles delictivos mexicanos, que con la introducción del fentanilo provocan anualmente, la muerte de más de sesenta mil chamacos, por sobredosis de la misma droga.

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