Fidel Rodríguez Ramos

   Una infinita sensación de tristeza se experimenta, cuando visitamos Morelia, pues decenas de personas tratan de ganarse el diario sustento, vendiendo cosas que no ocupamos. Tristeza cuando oímos a jóvenes en los portales cantando, sonando una guitarra, violín, esperando que sea su talento compensado con una moneda. El año pasado, en los semáforos bailaban parejas de ballets folfklóricos, jarochas, norteñas con su atuendo. Uno se pregunta, si así está la capital purhépecha, ¿qué cuadros no se verán en las rancherías, comunidades alejadas, marginadas, donde ni por error se paran los que tienen, según ellos, el arduo, difícil trabajo llamado “politica”?. Diputados locales, que se agandallan un millón de pesos; magistrados de la Suprema Corte, que al mes se embolsan medio millón por no hacer nada por la justicia, liberando a ladrones y traficantes de drogas.

   Ojalá y me equivoque, pero las próximas elecciones presidenciales, donde además se elegirán gobernadores en siete estados y un mar de presidentes municipales, senadores, habrán de costarnos treinta mil millones de pesos, pues se imprimirán más de trescientos millones de boletas, por no de decir seiscientas, muchas se quedan sin utilizar, pues otros millones de gentes no se sienten motivadas a participar en lo que creen es una burla, vergonzoso derroche en medio de un mar de miseria que padecen cincuenta millones de compatriotas.

  Pero hay algo más terrible, al PRI, PAN, PRD, Morena, Movimiento Ciudadano (MC), Partido del Trabajo (PT), Verde Ecologista (PVEM), además, como si fuera poco lo anterior, se les darán OTROS diez mil millones de pesos, al hijo de Arnaldo Córdova (QEPD), Lorenzo Córdova se le pregunta, si tanto gasto valía la pena y responde: “Sí, pues la democracia es cara”.

   Gasto absurdo ya desde hoy, pues todos y todas sabemos que para la grande, sólo hay dos sopas: Claudia y Xóchitl, ésta última muestra quizás nuestro verdadero nivel de impreparación política que aún tenemos muchos, pues la ingeniera Gálvez dice: “Cuando esté en la Presidencia no voy a tener tratos con dictadores, como Canetti de Cuba (en realidad Miguel Díaz Canel)”, eso es una desafortunada declaración, pues la diplomacia exige respetar las autoridades que tengan a bien darse otros pueblos, soberana, libremente.

  Gasto absurdo porque ya todos sabemos que sólo hay en el escenario dos partidos: Morena y el engendro Frente Amplio por México (PAN-PRD-PRI). ¿Para qué votar, si de todos modos tendrán su hueso Beatriz Paredes, Silvano Aureoles, Santiago Creel, Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal, Noroña?. Para que tanto circo, si Marko Cortés, el mero mero del PAN, Alito del PRI palomearan a sus cuates, para que sigan pegados a las ubres de una flaca República Mexicana. ¡Ah! y por supuesto habrá también un hueso para el guerrillero arrepentido del PRD, Jesús Zambrano.

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