Fidel Rodríguez Ramos

Antes de las seis de la tarde, el 11 de septiembre, una joven mujer fue arrollada por un
automotor, a escasos metros de la base de taxis, situada a un lado de la gasolinera, que prestan
servicio a la ciudad de Morelia, en lo que se conoce como monumento a Lázaro Cárdenas en la
Estación de Pátzcuaro, el impacto que sufre la victima seguramente fue muy fuerte, pues
inmediatamente llega una ambulancia, de ella desciende raudamente personal de primeros
auxilios, todavía a la hora del lamentable suceso, las luces se prendían y apagaban
insistentemente, quizás porque el desenlace fue fatal.

La obra, desde que estaba remodelándose, en el trienio del gobierno municipal pasado, deja
mucho que desear, pues las obras quedaron tiradas durante un buen tiempo, hasta que el
gobierno estatal demanda acabar un arreglo que parece hacerse a ciegas, con mucha falta de
profesionalismo, pues resulta super difícil llegar a lo que es un gran jardín, por donde se desee
alcanzarlo la gente se expone a ser atropellada; todo el día ese distribuidor vial para ir a Morelia,
Quiroga, Pátzcuaro o Uruapan resulta ser un verdadero caos, los autos, trailers, camionetas no
respetan la velocidad a que deberían de circular, por supuesto que Tránsito brilla por su ausencia
364 días del año, jamás se les ve por ahí, solamente en Noche de Muertos, porque en adelante la
consigna parece ser el de sálvese quien pueda.

El peligro aumenta más cuando los universitarios van a la capital michoacana los lunes, todo ese
espacio se convierte en tierra de nadie, hoy lamentamos haber observado un cuerpo joven, en el
suelo, una tragedia que pudiera haberse podido evitar por la agencia que relaciona con la
circulación de decenas, cientos de automotores que circulan sin precaución alguna, a gran
velocidad.

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