María Lupita R. Rosas
Como si estuviéramos en Jauja, en la tierra de la pura felicidad, el próximo 2024 se tirarán diez mil millones de pesos, para que la gente conozca a los partidos políticos, quienes hallaron la posibilidad de pelear por la Presidencia de México, y decimos la encontraron porque estaban sumamente quemados, sin ninguna presencia en la sociedad, a quien alegan servir, sin que jamás se les vea preguntando por las muchas necesidades de estudio, salud o materiales, por los desaparecidos o por quienes han muerto a causa de una violencia desbocada.
De esos diez mil millones de pesos, tres mil los usarán para hacer las dichosas campañas, que se reducen a pintar bardas, imprimir folletos indescifrables, gorros de papel, impresión de plásticos a morir que tendrán como destino los botes (si los hay) de basura. Llevar gente a mítines infumables, a cambio de dinero, despensas o tortas. Todo ese gasto es inútil, pues ya en el imaginario de la sociedad sólo hay dos tiradoras: Claudia Sheimbaum y Xóchitl Gálvez que nos hará el favor de, ahora si por fin, enterrar a Pemex y Comisión Federal de Electricidad que nomás están envenenando el planeta.
Nombrar gobernadores, presidentes municipales, diputados, senadores, como siempre correrá a cargo de esas dos figuras. Por lo pronto quienes ya tienen su hueso seguro son Beatriz Paredes, Santiago Creel (cuya familia la ha gozado por más de cien años, en este atropellado país), Silvano Aureoles y todos los favoritos de los máximos dirigentes del PRI, PAN y PRD. Como broma, demasiado cruel, un tal Alejandro Rojas propone que haya “senadurías honoríficas” para los expresidentes de la República.
Quienes nos echaron al pozo, dicen que harán hasta lo imposible para promover, otra vez, el desarrollo cuando llegue Xóchitl al poder, para ponernos a trabajar desde Los Pinos. Realmente nos creen ingenuos los priistas, como si no supiéramos como Ernesto Zedillo concesiona, gran parte del sistema ferroviario a empresarios mexicanos y extranjeros, si bien nos va, ese medio no lo regresaran hasta el año 2300. Los que no hicieron más que una barda en el Estado de Hidalgo, para una “nueva” refinería, que nos costara mil millones de pesos, echan pestes hoy contra el Tren Maya, el Interocéanico; la refinería Olmeca; el aeropuerto Felipe Ángeles.
No es posible que Claudia Sheimabum, otra vez recorra el país para nada, pues la gente que vote por Morena lo hará por el papel que ha tenido Obrador. Gasto inútil el de Xóchitl, porque para que negarlo, sus ideas, exclamaciones contra los machos, contra los flojos y panolis (tontos) han prendido como yesca en millones de mujeres y hombres. Mínimo ya tiene en la bolsa a más de quince millones de votantes, para nomás empezar, por ella, también votaran los que odian el comunismo, los que aseguran que de nada sirvió el que llegará Obrador al gobierno. Los que aún creen que el presidente por su incapacidad provocó la muerte de más de 600 mil personas en México a causa del Covid-19. Mucha gente de la clase media, la que cree más a las organizaciones no gubernamentales extranjeras (ONGS), sufragaran por la ingeniera; los que consideran que nuestros viejitos no se merecen el billón de pesos que se les entregará para comprar alguna medicina o comida, a falta de una pensión o seguro de vejez.