Fidel Rodríguez Ramos

   Quienes organizaron la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, apostaron en dejar al tiempo el olvido de un hecho inhumano, donde no se dispone de ningún elemento para tratar de aclararlo, no hay responsables, testigos, registro de llamadas, testimonios, videos, los chamacos simple y sencillamente se evaporaron desde hace nueve años, como solamente se han encontrado los restos, supuestamente, de tres de ellos, no se puede afirmar si están vivos o muertos legalmente, sus otros cuarenta compañeros.

   Simplemente el país, el 26 de septiembre del 2014, estaba a la deriva, sin presidente municipal en Iguala, sin gobernador en Guerrero y lo peor, sin nadie en la Presidencia de México, hoy solamente está en la cárcel el alcalde de Iguala, pero no está acusado por el secuestro de los estudiantes, como podría suponerse, sino por el asesinato de un dirigente social. Uno se pregunta ¿cómo es posible que esas “autoridades” puedan tener hoy una vida feliz, dormir, comer sin ningún remordimiento?.

   Sólo en México pudo pasar, quien era en ese año el gobernador guerrerense, hoy es miembro de la plantilla de periodistas del diario Milenio, desde esa tribuna nacional, ese sinvergüenza tiene el cinismo de escribir sus mejores andanzas, relaciones de amistad cuando gobernaba uno de los estados más pobres del país. Sin el menor rasgo de hombría o de ser humano, múltiples veces ha declarado una supuesta inocencia o relación con los hechos, él nunca supo, vio o escuchó nada.

   El pasado de septiembre los papás de los 43, tuvieron una reunión con la Secretaría de Gobernación, Luisa María Alcalde hija de quien fuera un importante funcionario, honesto, buen ciudadano, ella anteriormente despachaba en la Secretaría del Trabajo, si no nos equivocamos, no fue eficaz en esa dependencia para resolver las huelgas mineras que ya llevan 17 años en Sonora, Zacatecas y Guerrero. Ante ese problema sólo les dice a los barreteros “tengan paciencia”. El otro funcionario que se reúne con los padres de quienes pretendían ser maestros fue Alejandro Encinas, a él tuvimos la suerte de conocer en una reunión donde abiertamente declara que el profesor Othón Salazar, jamás fue alcalde izquierdista en la zona montañosa de Guerrero, en Alcozauca. Ello es falso, pero su afirmación nos desconcierta; después a él y a quien suscribe esta nota nos invitaron a Tejupilco, Estado de México para hablar de la reforma educativa de Peña Nieto, él ante los maestros del sector medio superior afirma que la reforma no haría el menor daño al magisterio, inesperadamente abandona el foro para no escuchar mi participación donde argumente lo contrario.

  Los papás, el abogado que no ha abandonado el caso desde el 2014, prácticamente volvieron a salir con las manos vacías, sin nada concreto, sin tener, otra vez, ninguna esperanza de que se aclare ese crimen que poco a poco, se va encaminando al olvido. Quienes eran actores políticos en ese tiempo callaron miserablemente, jamás salieron a protestar para exigir justicia, aclaración del crimen de lesa humanidad, en contraste hoy exigen ¡se aclare el paradero de los normalistas!. Como Marko Cortés del PAN; Alito del PRI y Jesús Zambrano del PRD. El único que habló fue el panista Ricardo Anaya: “Si llego a la Presidencia meteré a la cárcel a Peña Nieto. Y tope con lo que tope aclararé lo de los 43”.

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