Fidel Rodríguez Ramos
Desde hace varios años, se comentaba que el profesor Lucio Cabañas Barrientos, sostenía en la sierra guerrerense encuentros con personas de Michoacán, para establecer lazos de colaboración, información, en ese tiempo Cabañas era una de las personas más buscadas por el gobierno federal, debido a que éste tenía una clara influencia social, presencia por su lucha para terminar con muchas prácticas de corrupción, robo, engaño cometidos por gentes del gobierno en sus tres niveles. Esa presencia en 1970 se hace notar en Pátzcuaro, pues en una ocasión a la salida de clases en la secundaria Lázaro Cárdenas se reparte propaganda de la guerrilla rural que ocurría en las montañas del Sur.
Desde muy joven Cabañas, es nombrado secretario general de todas las normales rurales aglutinadas en la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FCSM), él célebre maestro fue estudiante de Ayotzinapa. Y al egresar desempeña su profesión en ese mismo estado, asumiendo como suyas varias demandas de campesinos y trabajadores, debido a ello es cambiado a Durango, pero la Secretaría de Educación por la presión de la gente de Iguala, se ve obligada a traerlo nuevamente a Guerrero.
A raíz de un zafarrancho donde mueren por disparos varias personas, en un mitin Cabañas es amenazado de muerte, por lo que decide remontarse a la sierra, organizar un núcleo guerrillero de trascendencia nacional, se convierte en una obsesión para eliminarlo por parte del ejército mexicano. Con ansiedad se le persigue por todos lados. A pesar de ello Lucio Cabañas se traslada hasta el Distrito Federal para recibir urgente atención médica; en una ocasión el mismo se forma, como cualquier ciudadano en la fila de una tortillería.
Tiene la osadía de secuestrar a un candidato priista a la gubernatura guerrerense, a quien libera después de recibir un fuerte rescate. Esto da paso a una cacería más intensa, se le busca por todos lados, sin éxito alguno. Luis Ramírez Sevilla en una publicación de El Colegio de Michoacán nos comenta que en esos peligrosos momentos el maestro Cabañas, como si nada andaba por la meseta y Cañada de los Once Pueblos de Michoacán, con un lazo en la mano, gritando ¡puercos que vendan!, para pasar desapercibido. Llega a un restaurant, donde comían militares, muy amable los saluda y antes de retirarse tiene la amabilidad de pagar la cuenta de todos.
Los lugares anteriores eran una zona de refugio de la guerrilla de Cabañas, el mismo Ramírez Sevilla escribe que en una ocasión el maestro estuvo comiendo, muy quitado de la pena, carnitas en pleno mercado de Paracho. Su familia fue perseguida, su esposa violentada por el gobernador secuestrado, pero a pesar de todo no renegaron de su origen, traicionaron los principios de su familiar que al final fue abatido por los militares, ni la cárcel, castigos detiene la rebeldía de los Cabañas; muchas veces ahora en éste siglo XXI tuvimos la suerte de estar en varias reuniones con su hermano David en la Ciudad de México, para informarnos sobre todo el movimiento popular nacional. Igualmente, para sorpresa mía, tuve la suerte de conocer, saludar en una escuela primaria de Tulpetlac, Estado de México, a quien fuera la esposa de Genaro Vázquez Rojas quien asiste a recordar combativamente el asesinato del maestro Misael Núñez Acosta por esbirros de Elba Esther Gordillo Morales.