A pesar de que en la Constitución se declara que entre los servidores públicos, nadie debe ganar más que quien está al frente del poder ejecutivo, como lo es el presidente, esto no se cumple, pues los ministros de las Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ganan setecientos mil pesos mensuales, algo así como tres veces más que Obrador, hoy quienes integran ese poder, el judicial, pegaron el grito en el cielo, a causa de que desde hace meses se anuncia la necesidad de recortar, quince mil millones de pesos que seguramente se usan para seguros de vida, retiro, jubilaciones, viajes, becas, autos, medicamentos.

   Ese poder judicial, encargado de aplicar la justicia se ha distinguido por tener un serio enfrentamiento con la Presidencia de la República, al grado de declarar el posible encarcelamiento de Obrador.  Hoy protegen a quienes cometen múltiples delitos, amparando a quienes no desean pagar grandes adeudos, como lo es el caso del dueño de una gran cadena de almacenes en el país, reacio a pagar veinticinco mil millones de pesos por concepto de impuestos. Ese poder ha impedido que se repartan libros de texto gratuitos en varias entidades como Chihuahua, retando a la Presidencia; los maestros, padres de familia en ese estado acudieron a los almacenes para sustraerlos, eso fue momentáneo pues la situación vuelve a quedar igual. En ese poder los ministros tienen un alto privilegio, pues en el caso de retirarse tienen garantizado su salario íntegro, hasta que pierdan su existencia.

   Igual situación impera en el poder legislativo, los diputados federales, los senadores emanados del PRI, PAN y PRD, desde hace meses se han declarado en huelga, opuesto a todas las medidas, nuevas leyes, reformas que provengan de la presidencia de la República. Quienes integran ese poder, hace poco entre ellos decidieron y, votaron para hacer posible la reelección, por eso siempre se observa en el Congreso de la Unión a una Beatriz Paredes, Santiago Creel, Pablo Gómez, Cristóbal Arias, a un medio hermano de Silvano Aureoles. La efectividad es visible en ese poder, donde se registra un crecido derroche de dinero, sin que se observe resultado alguno, en la realidad adversa para los más de ciento veinte millones de mexicanos. Quienes “trabajan” en el legislativo, desde hace años, no han tenido tiempo para hacer realidad el derecho que tenemos al agua y, como lo va a ver si el agua es para las compañías mineras nacionales y extranjeras, pues la minería se considera de principal interés nacional, frente a cualquier otra actividad.

   La última gracia de ese poder es defender las partes de un injusto tratado comercial, con EUA y Canadá donde hay verdaderos abusos de negociantes extranjeros, que exigen el que les compremos maíz transgénico que supuestamente causa cáncer. A capa y espada defienden los intereses de norteamericanos, españoles, italianos en Pemex y Comisión Federal de Electricidad, haciendo a un lado la propuesta de Obrador en el sentido de reducir privilegios foráneos, como comprar toda la energía que generen, al precio que ellos fijen. “Nuestros” diputados federales en salario ganan: como dieta 74 mil 672 pesos al mes. 55 mil pesos para hospedaje, gasolina y comida. Por asistencia legislativa 45 mil pesos. Para atención ciudadana se les dan 25 mil pesos. Pase libre en casetas de peaje. (RRF)      

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