A la llamada oposición que ha unido al PRI, PAN y PRD en el llamado Frente Amplio por México (FAM), poco a poco se va precipitando al vacío, la simpatía, innegable, que llegaron a tener en la sociedad la han ido perdiendo, porque cada día hacen declaraciones que chocan con la realidad o con el sentido común, simplemente el que declaren como fracaso a un ferrocarril en Yucatán, al aeropuerto Felipe Ángeles o la refinería Olmeca, choca con la realidad, es como si hoy condenáramos al sistema ferroviario de Porfirio Díaz, que como sea y con todos sus defectos sirve para el desarrollo industrial, agrícola, minero, claro no se beneficia el pueblo pobre, sino a inversionistas nacionales y extranjeros, pero esto último se da por otras causas, como la preferencia a los favoritos de Díaz, igual lo hicieron sus sucesores, hasta que Ernesto Zedillo cede, presta gran parte del sistema ferroviario a gentes de México, EUA y Canadá hasta el año 2100, a cambio de un pago que ya recuperaron ampliamente, después lo concesionan, traspasan a otros empresarios.
La oposición dice que las gasolinas ya no son negocio, sin reconocer que dejar de usarlas será hasta el 2050, otros aseguran que es hasta el 2070. Muchos fuimos opositores a los gobiernos priistas y panistas desde 1982, o desde antes que tuviéramos un poco de conciencia, pero nunca deseamos lo peor para el país, como hoy lo gritan quienes están al frente del FAM, sus diputados federales, locales o senadores. Cuando surge el Covid-19 rezaban para que nunca se encontrara la vacuna salvadora, porque la nación tronara por la parálisis económica, educativa que hubo en muchas actividades; sin embargo, nunca los vimos llevando ayuda a quienes laboraban, exponiendo su vida, en el llamado comercio informal o dado dinero para las vacunas, Ningún intento hicieron para auxiliar, reconocemos hoy que quien da la cara por el PAN en esos trágicos días fue una diputada, de ahí nadie más, ella ofrece dinero.
El FAM ha aprovechado los problemas que ha tenido Obrador con el INE, con los gobernadores que no quisieron aceptar los nuevos libros, con el Poder Judicial que no fue invitado a las celebraciones patrias, quienes integran la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) se han subido al ring contra el poder ejecutivo, disgustándolo por amparar, reducir penas, liberar a gentes que supuestamente han cometido graves daños a la patria.
Hoy quienes están en el Congreso de la Unión, los diputados y senadores del FAM, condenan, repudian al ejecutivo por el mucho dinero, dicen, que irresponsablemente pide al extranjero, olvidando que gracias a los partidos de donde proceden ellos, tenemos que dar diariamente más de mil quinientos millones de pesos diarios, para pagar solo intereses de una monstruosa deuda externa. Apoyan a quienes laboran en el Poder Judicial de la Federación diciendo que Obrador hará un recorte de quince mil millones de pesos a la SCJN, debido, aclara el presidente, a que no es posible que los ministros se den una vida de lujo, por ejemplo, gastando al año 400 millones de pesos en comida (dijo el periodista Enrique Galván Ochoa); mientras en el 2022 no pudieron comer bien 35 millones de compatriotas.
La Suprema Corte, como para no creer gasta 361 millones de pesos para gratificar el fin de año a sus ministros y colaboradores. En servicio de vigilancia 146 millones. Lavandería 44 millones. Compra de ollas para preparar alimentos un millón setecientos mil pesos. Jardinería (aunque no haya jardines en la Corte) cuatro millones. Esos datos los ofrece el diputado federal Hamlet García. Saber quién tiene la razón, si Obrador o el FAM es posible saberlo después de las elecciones federales, estatales y municipales del 2024. ¿Para qué tanto grito destemplado?. (RRF)