Aurora López Nambo

A Michoacán lo alcanzó el grave problema de la sequía, a grado tal que se ha anunciado un plan de acción en el cual se contempla el bombardeo de nubes para que llueva, puesto que 111 municipios de los 113 que conforman esta demarcación se han visto con problemas de estiaje.

El agua es un elemento vital e indispensable, considerado incluso como algo sagrado por algunos teóricos y ancestros; es fundamental para la vida en todos los sentidos, sin embargo, esto no se ha visto en una justa dimensión, al ser considerada un producto de valor moderado y de fácil acceso.

En el país, ya se ha visto la situación alarmante en estados del norte, donde los cultivos se pierden, lo mismo que las cabezas de ganado, pero no nada más en el norte, los vimos hace algunos meses en un estado vecino, ubicado en el centro del país, Guanajuato, donde ante la desesperación de los habitantes, se generó incluso la rapiña del agua de los tinacos y el gobierno procedió al bombardeo de nubes.

En días recientes, tras reconocer la crisis de agua en 111 municipios michoacanos, el gobierno estatal firma un decreto por contingencia ambiental para la creación del plan hídrico para la mitigación de la sequía en Michoacán, donde hubo además una afectación en casi 59 mil hectáreas de cultivos, principalmente de maíz y sorgo.

Se reporta que además la falta de lluvias impacto en el almacenamiento de las presas que en promedio alcanzó el 46 por ciento en septiembre, puesto que Julio fue el mes con la temperatura más alta, y septiembre con la menor precipitación pluvial de los últimos 70 años.

En el estado de Michoacán, cuyo significado es “Lugar de pescadores”, se encuentran mantos acuíferos que parece los alcanza la realidad de la sequía, muy grave el Lago de Cuitzeo y le sigue el Lago de Pátzcuaro.

Desde el gobierno estatal se reconoce que el estado enfrenta uno de los periodos más graves de su historia por el cambio climático y la alteración de los ciclos hidrológicos, pero no se habla del uso de los cañones antigranizo, tampoco del robo, saqueo y desvío del agua para el riego de aguacate y las famosas berries o frutos rojos.

Los principalmente afectados ponen el dedo en la llaga, tal es el caso de los lancheros del Lago de Pátzcuaro, quienes indican que incluso se han interpuesto demandas por el saqueo de cien pipas de agua diarias que se van al riego de aguacate, pero no conocen el rumbo que se le da a su demanda, mucho menos algún castigo para los responsables.

En el municipio de Salvador Escalante, ante la desesperación por la falta de agua comuneros de diversas localidades han iniciado rondines por diferentes puntos del municipio para evitar la tala de árboles, pues dicen, se están quedando sin agua a causa de la tala inmoderada de árboles.

El saqueo del recurso hídrico es hoy en día un robo a ojos vistos, está el caso en Pátzcuaro del manantial de San Gregorio, donde se ha visto a gente ir a llevarse el agua en grandes contenedores y se han detectado instalaciones con mangueras para el hurto, eso que le dicen “ordeña” hechos que también han sido demandados, pero que vuelve a pasar lo mismo, no hay resultados claros.

Mientras tanto en el Congreso del Estado no se conocen iniciativas, mucho menos para la protección del agua y castigo al robo del vital líquido, lo mismo que al uso de los cañones antigranizo, y uno se queda pensando, será tal vez porque son los mismos políticos y sus familiares los dueños de las grandes huertas que abundan por todo Michoacán?.

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