Fidel Rodríguez Ramos
Cómo no van a estar enojados los enemigos del actual gobierno, si éste detuvo un poco, la
tremenda robadera que llevaba más de un siglo, en contra del pueblo. A pesar de que no hicieron
la Revolución, los que fueron sus enemigos jurados, logran al fin de la misma acumular inmensas
fortunas, gracias al consentimiento, ayuda de los gobiernos federales desde 1911.
Los nuevos beneficiados, al no tener los recursos necesarios para explotar las riquezas,
recurrieron al auxilio de empresarios extranjeros, no importaba que a los nacionales se les dejarán
sólo boronas de las ganancias. Los empresarios nunca perdieron, pierde el pueblo victorioso, pues
todos sus errores, fracasos, deudas, quiebras éste se las resuelve.
Gracias a las inmensas, recursos naturales, tal proceder no se nota, al último se recurre a solicitar
préstamos internacionales. No se nota porque el subsuelo proporciona, a través del petróleo
cientos de miles de millones de dólares que sencillamente se derrochan, en los casinos de Las
Vegas, en la compra de casas, departamentos de lujo en EUA, viajes alrededor del mundo. Los
afortunados llegan al grado de tener sus propios yets, yates particulares, como el propietario de
Altos Hornos de México S. A.
Para envidia de muchos llegamos a tener en un momento, al hombre más rico del planeta. Ese
personaje, al igual que una pequeña camarilla, logran acumular gigantescas fortunas,
prácticamente sin apostar o invertir dinero propio alguno. ¿Cómo le hicieron? Muy sencillo,
recurrieron a los ahorros de millones de trabajadores, depositados en las llamadas AFORES.
Gracias a grandes préstamos que las Afores les facilitaron, pudieron meter su mano en la
construcción de un faraónico aeropuerto nuevo, en los terrenos anegados de Texcoco; hacer
negocios, con empresarios extranjeros, en Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Pemex.
Con dinero público, hicieron hospitales, compraron grandes cantidades de medicamentos que
obligaron al gobierno se les comprara, a sobre precios inflados. Para meter su mano en CFE
contaron con el auxilio además del PAN, de Ricardo Anaya quien supuestamente recibe como
soborno, para que aprobará una nueva reforma energética, impulsada por Enrique Peña Nieto,
tristes seis millones de pesos. El recurso se lo envía la empresa brasileña Odebrecht, a cambio de
que se les entregaran contratos para obras públicas en las dos empresas mexicanas de
importancia mundial.

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