Fidel Rodríguez Ramos

  Hoy se sigue aceptando que está bien, el que vengan extranjeros, a promover la generación de electricidad, la extracción de petróleo. En el primer caso para que gracias a una supuesta competencia con el sector público, tengamos la oportunidad de pagar la luz más baratamente. En el segundo caso para que no paguemos los grandes montos de dinero para buscar, sacar, industrializar el oro negro.

 Absurdamente aceptamos la primera idea, que nos vendieron los panistas, priistas y perredistas, ignorando que Comisión Federal de Electricidad (CFE) desde siempre era una instancia no para ganar dinero, sino para ofrecer un estratégico servicio público. Es cierto, esa dependencia generaba muchas ganancias económicas, que se usaban para pagar a nuevos maestros y médicos. La ganancia de Pemex llegaba a la tesorería nacional, Pemex además entregaba ambulancias, pipas para transportar agua a muchos municipios del país.

  Muchos empresarios nacionales también aprovecharon la nueva disposición de saqueo, uso de los bienes públicos, gracias a que senadores, diputados locales y federales cambiaron las leyes que impedían la intervención ajena en esas dos industrias explotadas por ingleses, norteamericanos, holandeses durante más de cincuenta años, el héroe Porfirio Díaz les abre las puertas de par en par.

  Hoy empezamos a apreciar los primeros resultados de esas bárbaras disposiciones, pues en los autobuses piden permiso gentes para cantar, vender dulces o frituras, refrescos, tortas, arroz con leche, chocolate. En los cruceros observamos indígenas de Oaxaca, Puebla pidiendo dinero. Malabaristas, gentes que echan bocanadas de fuego. Gentes, miles han abandonado el campo, jugándose la vida para encontrar trabajo como ilegales en EUA; eso ha provocado que la mitad de los granos que consumimos se compren en Norteamérica, los agricultores yanquis se han aprovechado de esa necesidad, pues nos han obligado a consumir maíz transgénico que se asegura causa cáncer. Si hoy gana Morena, sin tener una fuerte presencia en el Congreso de la Unión, todo seguirá prácticamente igual a como estábamos en los tiempos de Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto, ver como se sigue despedazando a esta nación digna de mejor suerte.

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