Fidel Rodríguez Ramos
Hasta hoy, no hemos sabido la finalidad de los partidos políticos en México, se cree que son para
enriquecer la democracia, que ellos mismos la han reducido al simple hecho de ir a votar a ciegas,
pues hasta hoy no sabemos cuáles son sus programas, principios, deseos para vivir cada día mejor,
sabiendo que en ellos hay la gente más preparada, comprometida con los que menos tienen en
éste país, donde más de la mitad de su gente vive en la pobreza.
Ya llevamos más de 40 años, viendo como los partidos se han convertido en un patrimonio
único, para unos cuantos; ellos al considerarlos de su exclusiva propiedad se han encargado de
prácticamente correr a quienes no comulguen con la idea de perpetuarse en los diversos cargos de
representación dizque popular, brincando de una gubernatura a una diputación, senaduría y, ha
sido tanto su predominio que ni siquiera dejan fuera de su influencia, el nombramiento libre de
algún jefe de manzana.
La cosa se agudiza, a raíz de haberse declarado el ejercicio del llamado neoliberalismo, pues a los
partidos políticos se les entrega, solo a ellos, el gran poder de decidir quiénes serán los aspirantes
reales, ¡oficiales!, legales, con todas las de la ley para participar, nadie lo puede hacer de una
manera independiente (sólo eso se ve en Cherán, Michoacán). Como tales partidos no se han
abierto a la sociedad, la misma no sabe quiénes los dirigen, quienes son los que desean
“servirnos”. Pero eso lo alivia el Instituto Nacional Electoral (INE), viene en su rescate, pues en tan
sólo en éste 2024 les ha entregado 17 mil millones de pesos, para que la gente los ubique, a través
de cara propaganda impresa, bardas pintadas, anuncios en la radio, televisión e internet.
En los partidos hay la gente más ambiciosa, la que solo ve por sus intereses, pues en 1988
Cuauhtémoc Cárdenas al sufrir el robo de su triunfo, pide que en protesta renuncien los que ya
habían recibido constancia de su triunfo, y lo esperado, lo dejan solo, dijeron que no porque
entonces como iban a recuperar lo “invertido”. No ocultan su ambición: Marko Cortés, Alejandro
Moreno, Jesús Sambrano quienes controlan al PAN, PRI y PRD respectivamente, gane quien gane,
la presidencia ellos ya tienen asegurado un jugoso hueso para otros seis años. Igual Lilly Téllez,
Germán Martínez Cázares un michoacano que ha estado en el PAN, Morena y ahora vuelve otra
vez al PAN, pues ha de ser feo vivir fuera del presupuesto sin hacer absolutamente nada, como no
sea despotricar con quienes llegan a la Presidencia; igual está Rubén Moreira, su esposa del PRI.
Quienes integran o mangonean los partidos, no sienten ningún afecto por la sociedad que los
mantiene con altos privilegios y salarios, en la pasada pandemia del Covid-19, se les pide que den
ayuda económica para comprar vacunas TODOS se negaron, con excepción de una sola panista; se
les pide que den parte de su tiempo que tenían en los medios para organizar la inyección de ellas
y por supuesto también se negaron. Desde el 2012 se han negado a declarar que el agua sea un
bien, DERECHO al alcance de todos, prefieren entregarla a las compañías mineras extranjeras, a
empresas cerveceras, refresqueras que ni siquiera son de México; a un banco español como lo es
el BBV; a las cementeras; a quienes producen oro verde y frutos rojos, que eso sí, con control de
calidad, se mandan a diversos lugares del planeta, dejándonos aquí a la buena de Dios sin ese vital
líquido, que lo absurdo, debemos comprar ¡siendo nuestro!.

Compartir: