Alejandro Martínez Castañeda

El Ecosistema de Economía Social y Solidaria (EESS) alude a un conjunto de relaciones económicas,
sociales, ambientales y culturales, donde los agentes que participan realizan funciones específicas
dentro de un territorio; los medios que producen este ecosistema y los beneficios que se generan
son conservados por las personas que ponen su trabajo o participan en el ejercicio económico, de
manera que se promueva el desarrollo económicamente posible, ecológicamente sostenible y
socialmente justo para las personas y sus territorios.

El EESS es un proceso de coordinación y articulación cuya principal expresión podrían ser los
mercados sociales, además de dinámicas estables de intercooperación territorializada, que
además ofrecen espacios de compra venta de bienes y servicios preferentes entre las entidades
que participan de este tipo de modelo económico.

Para lograr que la Economía Social y Solidaria tenga un impacto importante en un territorio dado a
nivel de sistema, es indispensable integrar y trabajar con y desde la comunidad, a partir de una
escucha activa, trabajando con lo local, desde la perspectiva de las personas, pero también de las
redes y los materiales de éstas.

También, se requiere incidir en el proceso; los fines son importantes, pero donde se produce el
proceso transformador es en el proceso, donde el cuidado (a la comunidad, al proceso y a la red
que genera) es esencial, de acuerdo con especialistas en la materia.

La flexibilidad es importante para enfrentarse a las incertidumbres y encontrar soluciones desde lo
común, además de impulsar el desarrollo de un modelo integral, en pro de la sostenibilidad
ambiental, pero también en la justicia social, buscando crear agentes de cambio y movimientos
ciudadanos. Y transversalizar para que todas las personas implicadas puedan ser motor de cambio,
tomando parte de las decisiones.

Al respecto, el Instituto Nacional de la Economía Social (INAES) ha desarrollado una estrategia que
tiene el objetivo de desarrollar EESS en los territorios, a través de los cuales se propongan, diseñen
e implementen soluciones territoriales a necesidades colectivas.

Tal estrategia se lleva a cabo por medio de los Nodos de Impulso a la Economía Social y Solidaria
(Nodess), que buscan “promover procesos pedagógicos, de acompañamiento, de investigación, de
difusión y emprendimiento colectivo a las personas y Organismos del Sector Social de la Economía
(OSSE) para que generen acciones de producción, consumo y/o de ahorro y préstamo, buscando
transformar la cultura territorial y brindar mecanismos y herramientas para el beneficio equitativo
de las personas y sus comunidades”.

Lo anterior, se realiza a través del impulso de alternativas de solución a diversas necesidades
territoriales, problemáticas sociales, ambientales y económicas, mediante acciones de
investigación, difusión, promoción, impulso, capacitación, emprendimiento y acompañamiento,
desde la acción colectiva de las personas.

No obstante, diversos autores observan que falta mucho por hacer para consolidar un modelo
para democratizar la economía en México, pues persisten diversos obstáculos: El propio sector
percibe un desconocimiento y falta de credibilidad ciudadana sobre estas alternativas, hay una
importante debilidad empresarial de muchas de sus iniciativas, así como un excesivo peso
ideológico, entre otros.

De acuerdo con Alveiro Monsalve Z., “en el mundo actual, entre el indescriptible océano de
mercancías para el consumo y el afán voraz del capital rentable, la economía solidaria como teoría
económica social, sigue siendo una utopía. Formas asociativas hay muchas y en cualquier lugar del
mundo, pero entre ellas no se ha integrado un modelo sistémico global que corrija los
desequilibrios del sistema socioeconómico vigente”.

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