Fidel Rodríguez Ramos
A inicios del siglo XXI, acudí con los maestros de Pátzcuaro, a la clínica del ISSSTE, exigiendo
hablar con el personal médico y autoridades, algo me latió antes de hablar, cuando ya estábamos
reunidos exprese: Doctores, apreciamos su humanitaria labor, pero no entendemos el por qué no
se preste la atención médica que necesitan las maestras y maestros, al venir aquí, pues ustedes
argumentan siempre que no hay nada de medicinas, para dar cirugías a los compañeros,
diciéndoles que esperen hasta un año, para que se les programe al quirófano. Sabemos y, por eso
les hacemos la propuesta de que ustedes, al no ser culpables de lo que pasa en ésta institución, les
pedimos que luchemos todos para hacer efectivo el derecho a la salud.
El tiempo nos da la razón, muchos no creyeron que Felipe Calderón Hinojosa decreta la
desaparición del ISSSTE, todos nos espantamos y se informa a todos los maestros, trabajadores del
país que cotizaban a ese organismo, su ayuda para que no se extinguiera, la fórmula para
impedirlo, fue realizar más de un millón de amparos, durante meses nos pusimos, frente al gran
edificio de las oficinas en la Ciudad de México, ahí comíamos, pernoctábamos, nos bañábamos, la
lucha fue difícil, ardua, pero al final Calderón da marcha atrás en su necia idea.
Curiosamente al frente del ISSSTE, estaba un achichincle de Elba Esther Gordillo Morales,
prepotente la señora, llega a sus oficinas para decirle: “Gracias a mí te encuentras despachando,
yo necesito que me des, mensualmente 200 millones de pesos que necesito para mis campañas
electorales”. No maestra, perdóneme, pero yo no puedo hacer eso. La pseudo, falsa maestra se
pone roja de coraje, la cara se le llena de arrugas. Ah, no me das lo que te pido. Vas a ver, pronto
me verás aquí con cientos de miles de maestros.
La idea para acabar con esa generosa protección sanitaria de la sociedad, por poquito y la
cumple Peña Nieto, pues empieza a ofrecer los servicios de limpieza a compañías privadas,
(outsourcing), vigilancia, ambulancias, operaciones de todo tipo, compra de medicamentos.
Construcción de hospitales; compra de Oxígeno, servicio de especialistas, hasta el mobiliario lo
atiende la iniciativa privada. Total, cuando llega Obrador se encuentra con que los hospitales,
clínicas todo era un vil cascarón.
Un gran robadero, al por mayor, pues los miles de millones de pesos, se daban a gente ajena al
ISSSTE, los amigos de los directores se enriquecieron a manos llenas. Pues, por ejemplo, daban las
medicinas al triple del valor en el mercado abierto, ganando más de treinta mil millones de pesos,
cada año. Esa barbaridad la detiene, empieza a arreglar el ISSSTE, lo fortalece el nuevo presidente,
surgido en el 2018. Uno inocentemente, creía que no se le podía canalizar al servicio de
especialidades, por los muchos servicios que daba a millones de gentes. Desesperado fui, a una
clínica de las mencionadas, de paga grande, ahí el médico me dijo: “Oiga si tiene ISSSTE porqué
viene aquí, a pagar lo que no tiene. Hable con alguien fuerte, pesado del Instituto para que lo
canalicen aquí y, ellos paguen todo. Eso sí, sino tiene palancas ni lo intente.”

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