Alejandro Martínez Castañeda
Un Mercado Social se define como “una red de producción, distribución y consumo de bienes y
servicios y aprendizaje común que funciona con criterios éticos, democráticos, ecológicos y
solidarios, en un territorio determinado, constituida tanto por empresas y entidades de la
economía solidaria y social como por consumidores/as individuales y colectivos. Cuyo objetivo es
cubrir una parte significativa de las necesidades de sus participantes dentro de la red y
desconectar la economía solidaria de la economía capitalista, tanto como sea posible”.
De acuerdo con la Red de Redes de Economía Alternativa y Solidaria (REAS), creada en España,
ante la insostenibilidad del sistema económico actual, cada vez se hace más patente la necesidad
de caminar hacia otros modelos de producción, distribución y consumo que pongan la
sostenibilidad de una vida que merezca ser vivida en el centro de nuestra actividad económica.
Para dar respuesta a este reto surge hace años una de las principales propuestas de
transformación económica que emana de las prácticas de la economía solidaria, a la que se
denomina, precisamente, Mercado Social.
El Mercado Social es una herramienta que lleva diseñándose más de 10 años y construyéndose
poco a poco desde la REAS, con la colaboración de otros movimientos y entidades de la economía
social, con el fin de interconectar las diferentes iniciativas económicas desde un circuito
económico único, compartido y coherente con esos valores compartidos.
La REAS parte de tres premisas: 1.- Abordar el mercado como escenario principal de
transformación colocando en el centro de las relaciones económicas las personas y la
sostenibilidad de la vida. 2.- Dar a conocer, poner en relación, enredar y fomentar la
intercooperación entre las iniciativas locales de economía social y solidaria que ofrecen productos
y servicios tan variados y que tan poco se conocen. 3.-Repensar cómo organizarnos para fomentar
una economía más justa y solidaria a través de la implicación activa de la población hacia el
consumo responsable.
De esta manera, el Mercado Social promueve relaciones entre las personas y comunidades que
reclaman un modelo económico más justo y democrático, fomentando espacios de encuentro e
intercambio de bienes y servicios, sin ningún tipo de exclusión.
“Construido como un espacio abierto a la participación de personas a título individual y otros
movimientos sociales junto a entidades de la Economía Solidaria, cada Mercado Social organiza su
producción, distribución y comercialización situando en el centro de las relaciones la importancia
de las personas y la sostenibilidad del medio ambiente. Desde ahí, Mercado Social se ocupa de
interconectar las diferentes realidades, transformar los circuitos económicos desde criterios
solidarios y coherentes, y repensar la actividad de los diferentes agentes para una mejor
satisfacción de las necesidades de cada participante de la red. Todo ello para conseguir una mejor
complicidad del público afín con la Economía Solidaria y una mayor implicación de instituciones,
entidades sociales e individuos con el Consumo Responsable”, destaca el sitio
https://www.economiasolidaria.org/mercado-social/
Un Mercado Social se reconoce, entre otros aspectos, porque presenta una imagen similar: su logo
es la base de todos los logotipos territoriales, otorgando a toda la red una identidad coherente y
compartida. Además, todos los mercados comparten otras herramientas como la página web y los
catálogos de productos y servicios para mostrar sus ofertas, y facilitar el acceso a nuevas
soluciones de consumo responsable y transformador.
Fuentes: https://mercadosocial.net/