En México, ya no hayamos que hacer con tanto dinero, pues antes del 2018, se crea un
organismo para saber todo lo que queramos, sobre muchas cosas, como saber cuánto gana la
figura principal de la Suprema Corte de Justicia, el aparato burocrático se llama Instituto Nacional
de Acceso a la lnformación (INAI), unos medios que percibe trescientos mil pesos, otros aseguran
que quinientos mil al mes, no se sabe la realidad, pero si hay una cosa segurísima, gana más que el
Presidente de la República.
Cuando se les pregunta a los ministros, de esa Corte el porqué de tanto dinero, cuando millones
de mexicanos ganan menos de catorce mil. Ellos contestan que así debe ser, pues su trabajo es
sumamente delicado, peligroso para ellos y sus familias. Es para que los malandrines no nos
corrompan, para que no los sancionemos, metamos en la cárcel. A pesar de ello, raro es que se
castigue a quien es sorprendido, con armas exclusivas del ejército, con drogas.
Ese Instituto es ineficaz, pues nunca nos dirá algo sobre los miles de desaparecidos, de personas
que pierden la vida, a pesar de tener sospechas de la participación de las diversas fuerzas de
seguridad. Increíble, a un exdirector de Pemex la empresa brasileña Odebrecht, le entrega, unos
dicen que un millón de dólares, otros que diez millones para la campaña de Enrique Peña Nieto, a
pesar de que estuvo en la cárcel, no se sabe nada de nada, quizás por aquello de que los
sospechosos de diversos ilícitos, no deben ser tocados, ni con el pétalo de una flor.
Pero para más ridículo, la gente de Odebrecht viene a traer pruebas de cuanto le dieron a Emilio
Lozoya Austin, las autoridades las desechan, pues dicen que el soborno no ocurrió en México, sino
en Brasil. Igual el INAI, nunca dirá quién gana en las elecciones presidenciales de 1988, del 2006
cuando trampean a Cuauhtémoc Cárdenas y a Obrador. Menos sobre como estuvieron los asuntos
del cardenal Posadas Ocampo, quien es asesinado en el aeropuerto de Guadalajara; infantil sería
pedir informes sobre la muerte de Colosio, pedir datos para explicarnos el caso, no aclarado desde
hace casi diez años, de los jóvenes normalistas de Ayotzinapa.
No sabremos, porque de pronto el Estado, deja de cumplir con su obligación constitucional de
promover el desarrollo de todos, y no para beneficio de unos cuántos. El INAI nunca nos dirá,
como se da la entrega, de una de las minas de cobre, más grandes del planeta a un personaje que
tiene en su poder más del cincuenta por ciento del cobre que hay en el orbe, ¿cuánto paga por
algo que era de todos los mexicanos?. Nunca, nos comunicara el porqué, la gente del Congreso de
la Unión, los diputados, senadores, no han declarado, de que el agua sea un derecho social
constitucional, la propuesta se les hace llegar desde el 2012. Nunca nos dirá como estuvo la
negociación del nuevo aeropuerto de Texcoco, que se cancela y, ningún empresario, inversionista
nacional o extranjero exterioriza ninguna queja o demanda.
No sabremos, porqué desde 1982 se da un pedazo de tierra, mil doscientas hectáreas en Playa
de Carmen, Quintana Roo a una empresa gringa a PERPETUIDAD, Obrador deseo parar esa grave
lesión a la soberanía nacional y nomás topo con pared. Menos sabremos el precio, costo que nos
cuesta a todos mantener al INAI, que no informa de nada ¿absurdo no?. (RF)

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