Fidel Rodríguez Ramos
Nuestro instinto indígena, nos indicó que Enrique Peña Nieto, nunca debió gobernar a México.
Miles desde la madrugada de un primero de diciembre del 2012, acudimos para impedir que le
colocara en el Congreso de la Unión, la banda presidencial, Felipe Calderón Hinojosa. Ahí estaban
los docentes de Oaxaca, quienes bloquearon un acceso principal. Al clarear el Sol, desde el interior
de la llamada Casa del Pueblo, amurallada, los agentes del orden, al ver que la muchedumbre
deseaba ingresar, derribando algunos planchones, comienzan a disparar balas de goma y bombas
lacrimógenas creyendo que los jóvenes, principalmente, iban a retroceder, no fue así, se resiste, al
grado que se improvisan puestos de primeros auxilios, donde hacen llegar a una persona
sangrando por haber sido afectado por un artefacto, que irrita, hace llorar y toser, lo recibe en
plena cabeza, muriendo días después.
No nos equivocamos, Peña Nieto, con todos los partidos, usa su mandato para entregar a
particulares nacionales, extranjeros gran parte de las riquezas de la patria, por medio del cambio
de las leyes constitucionales. Eso no nos permite actuar, pues si defendíamos a alguien que
exigiera respeto a su tierra, nos acarrearía la cárcel, pues iríamos contra la Carta Magna que
protege a quienes se apropien de un bien inmueble ajeno, para sacar petróleo, oro, litio, uranio.
Lo anterior, es un elemento para entender la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa,
era necesario dar un ejemplo de terror, para que nadie osara a defender la patria. El actual
gobierno federal, considera, que Enrique Peña Nieto, ningún militar tienen responsabilidad en ese
crimen de lesa humanidad (de lesa porque se secuestra, tortura, desaparece). Todo se lo achacan
a las fuerzas policiacas, militares de Guerrero y gentes dedicadas al narcotráfico. Quienes
probablemente, incineraron en funerarias; enterraron a los chamacos después de asesinarlos.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), los jueces, magistrados, todo el poder judicial,
liberan a decenas de acusados, de haber actuado en la negra noche del 26 de septiembre delAsí actúa la “Justicia”, que hoy dice que su quehacer puede perfeccionarse, pide le den otra
oportunidad, para seguir dañando a la Nación.
Peña Nieto, declara que no fue el Estado el culpable, sino el gobierno municipal de Iguala,
Guerrero. Después, como muestra de su real persona, sentimientos, pide a los papás, mamás de
los 43 que: “superen el hecho”. Por algo una mamá, después de salir de una entrevista con ese
mandatario, confía: “No tiene corazón”.

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