Alejandro Martínez Castañeda

Las comunidades energéticas forman parte de una estrategia para contribuir con la sostenibilidad
ambiental, permitiendo “aprovechar recursos renovables allí donde están y activan la
participación ciudadana en la producción de energía. Una forma de autoconsumo que contribuye
con la transición hacia un sistema más sostenible sin emisiones de dióxido de carbono (CO2)”.

Las comunidades energéticas son grupos de actores que desarrollan en forma colaborativa
proyectos locales de energía renovable (autoconsumo colectivo, movilidad eléctrica, rehabilitación
de viviendas, entre otros). Su principal objetivo es proporcionar beneficios socioambientales, así
como luchar contra la pobreza energética y el cambio climático.

“Desde ofrecer acciones gratuitas de proyectos locales de autoconsumo colectivo a hogares en
situación de vulnerabilidad energética hasta formar a la gente sobre el ahorro de energía, las
comunidades energéticas ayudan a garantizar que todos los miembros de la comunidad local
tengan acceso a una energía barata y limpia”, asegura el experto Antonio Barrero F., en un artículo
publicado en https://www.economiasolidaria.org/

Dichas comunidades se construyen sobre el concepto del autoconsumo energético local. Es decir,
la producción de energía para uso propio, individual o colectivo, y en el mismo lugar en el que se
genera. La idea no es nueva, pero sí ha ganado relevancia en los últimos años tras habérsele
reconocido cierto estatus jurídico y legal y haberse señalado su importancia para acelerar la
transición hacia un sistema energético sin emisiones de CO2.

Según el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE), de España “una comunidad
energética es una entidad jurídica formada por socios que pueden ser tanto personas físicas como
otras asociaciones, pequeñas y medianas empresas (pymes) o, incluso, administraciones públicas.
Esta sociedad, de forma cooperativa, establece una serie de objetivos de obtención de energía
para sí misma, una comunidad o terceros beneficiarios. Su objetivo principal será ofrecer
beneficios energéticos, de los que se derivan los medioambientales, económicos y sociales”.

La definición de comunidad energética engloba dos conceptos: 1.-Comunidad de energías
renovables. Enfocada a cualquier proyecto comunitario energético que implique el uso de fuentes
renovables como la eólica o la fotovoltaica. 2.-Comunidad ciudadana de energía. Está pensada
para abarcar cualquier proyecto del sector eléctrico destinado a sus miembros, incluyendo
distribución, suministro, consumo, agregación, almacenamiento y prestación de servicios
energéticos (como renovación de edificios) o servicios de recarga para vehículos eléctricos.

Las ventajas de tales comunidades son:

 Abandono de las energías fósiles y reducción de la huella de carbono local.
 Mayor eficiencia en el consumo, sobre todo, en aquellas comunidades que tengan como
objetivo mejorar la distribución y reducir el gasto de las viviendas y el transporte.
 Alternativas de inversión colectiva para el desarrollo de las energías renovables.
 Implantación de renovables desde el respeto y el compromiso de la comunidad, en lugar
de apostar por grandes proyectos desarrollados de espaldas a los ciudadanos.
 Posible solución a la pobreza energética. Las comunidades energéticas pueden favorecer
precios más bajos para los vecinos con menos recursos.
 Desarrollo de la economía local.
 Fortalecimiento de los lazos de la comunidad.
 Redistribución de los beneficios, que revierten en su mayoría en la comunidad local.

Las comunidades energéticas son, en definitiva, una nueva forma de enfocar la generación y la
distribución de la electricidad, así como multitud de servicios energéticos. Desarrolladas a nivel
local, colocan en el centro el beneficio de la comunidad y su sostenibilidad medioambiental, social
y económica.

Fuente: https://www.bbva.com/es/sostenibilidad/que-son-las-comunidades-energeticas-y-como-
funcionan/

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