Fidel Rodríguez Ramos

Como mexicano, no estoy de acuerdo en que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN),
acuerde en febrero del presente año, el que, por lo pronto, empresarios mexicanos y extranjeros,
se queden con el cuarenta y cuatro por ciento de la posibilidad, legal, de generar y vender energía
eléctrica, afectando a nuestra empresa Comisión Federal de Electricidad (CFE), seguramente esto,
gentes de otros países, se preguntarán el cómo es posible que un aparato que pagan todos los
habitantes de México, se preste a lo que es una traición, una entrega de la posibilidad para
generar empleos, para tener dinero, gracias al funcionamiento completo, en manos mexicanas, de
esa industria, para poder contratar maestros, médicos, desarrollar el campo, educación, industria
que es prácticamente inexistente, pues no se puede llamar desarrollo industrial, al hecho de armar
autos, equipos militares, ropa, televisores de plasma, con piezas traídas desde los Estados Unidos
de América, gracias a que aquí, en perjuicio de los mismos americanos, se paga menos a los
obreros, se les regala agua a las empresas gringas, se cobran, cuando se puede bajos impuestos y,
además, a los trabajadores mexicanos, se les niega la real posibilidad de organizarse en sindicatos,
tener contratos colectivos.
Con ese sistema de “desarrollo”, difícilmente los mexicanos saldremos de la pobreza, que padece
más de la mitad de la población. Con la parte de lo que los neoliberales nos han quitado, poco a
poco desde el “gobierno” de Miguel de la Madrid (1982), gracias a la PRESIÓN del PAN, en la
industria eléctrica, fácilmente tienen la posibilidad de alumbrar a toda España o la patria de Messi,
Argentina, de ese tamaño es el robo de los siniestros personajes que actúan en el más alto sitio de
la “justicia” mexicana. Hoy esos bandoleros, hasta se dan el lujo de cerrar el changarro para
vacacionar.

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