María Lupita R. Rosas
Cuando llegaron los primeros colonos desde Inglaterra a los actuales EUA, hace medio milenio,
para ocupar a nombre de los reyes, un terreno ajeno que desde tiempo inmemorial, estaba
habitado por miles de indígenas.
Unos, muchos ojos observan a los nuevos habitantes desde frondosos, espesos bosques. Los
aborígenes, sin que lo notaron los ingleses, estaban al tanto de lo que les ocurría. Con pesar vieron
como enormes osos, les atacaban. Las serpientes actuaban con despiadada saña, a quienes
consideraban invasores.
Los colonos de pronto se dieron cuenta que el nuevo ambiente era hostil, peligroso, difícil de
conquistar, para obtener de él lo que necesitaban para empezar a sobrevivir. Llega el tiempo de
fuertes nevadas, de muchos días. En las cabañas de pronto empieza a no verse humo desde las
chimeneas, con cautela los nativos, observan lo que hay en el interior, les duele ver a niños
llorando, a mujeres, hombre titiritando pues no había ya nada para que siguiera el fuego, comida,
abrigo.
En seguida se retiran y cuentan a los demás integrantes de la tribu, el dramático suceso.
Hablaron y llegan a un acuerdo, sus recias caras, muestran seriedad, fuerte compromiso. Los
colonos sabían que morirían irremediablemente, en sus rústicas casas, sabían que sus últimos días
vivían. De pronto alguien a su puerta arroja una roca. Con desesperación la abren y quedan
paralizados, por lo que vieron al pie de la entrada: pescado seco, miel, carne de aves, habichuelas,
arándanos secos. Leños, tomahawks, arcos y flechas, mocasines, pieles, pieles gruesas, raquetas
para la nieve, canoas de pieles ¡estaban salvados!. Hoy después de 500 años, ello se recuerda en
cada hogar americano, con un pavo suculento.
Emocionados, se preguntaron por los autores que los auxiliaron en cada hogar, coinciden en decir
que fueron los indígenas. Sin embargo, los beneficiados no responden de la misma forma, les
arrebatan todo por la fuerza o con engaños, pues con una garrafas de alcohol les “compraron” lo
que hoy es Manhattan, que en alguna ocasión leímos que significaba: “Donde nos
emborrachamos”.

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