Fidel Rodríguez Ramos
Esperamos que después de medio milenio, quinientos años, se nos haga justicia a los habitantes
de las regiones lacustre y meseta purhépecha de Michoacán, pues es inconcebible, que tras fundar
Vasco de Quiroga, uno de los primeros colegios que hubo en América, que da origen a la actual
Universidad Nicolaita, hoy las puertas de esa casa superior de estudios se cierren a miles de
jóvenes, por falta de espacio y, a la práctica de un examen pensado para impedir que sigan
estudiando.
Todos los pueblos y comunidades aportaron recursos, que hicieron posible ese colegio para
formar personal que ayudara a propagar la nueva religión. Deseo de Quiroga, fue que recibieran
educación gratuita como agradecimiento. La población de Pátzcuaro desde hace muchos años, con
toda el alma desea varias carreras universitarias: medicina, biología, acuacultura, veterinaria.
Mucho se han usado las palabras para declarar que una nación puede salir adelante gracias a la
educación.
Al ser rechazados nuestros chamacos de la universidad o del tecnológico, frustran su deseo de
servir a la sociedad, con algo que les gusta. Más decepción sufren, ante la imposibilidad, de
formarse cómo médicos en algún centro privado que cobra millón y medio de pesos por la carrera.
Pátzcuaro siempre, desinteresadamente, ha mostrado disposición para atender las mejores causas
del país, es momento que Obrador, Claudia Sheimbaum volteen su atención a éstas regiones que
han dado todo, sin haber recibido gran cosa a cambio. No creemos que sea demagogia de ésta
nueva alternativa de gobierno surgida en el 2018, proclamar que se haría, ahora sí, efectivo el
derecho a recibir una educación laica, gratuita, general, obligatoria desde preescolar hasta la
universidad, para toda la población del país, ríos de sangre han corrido para llegar a éste momento
histórico.

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