Fidel Rodríguez Ramos
Magistrados, ministros, jueces desde la llegada del régimen que termina el próximo septiembre,
han estado engallados, renuentes a aplicar la justicia, declarándose en rebeldía, rechazando todas
las propuestas destinadas a tener un mejor país, decidido a recuperar todo lo que nos han venido
quitando desde hace ochenta años, en Michoacán, ese poder ignora como nos robaron
prácticamente SICARTSA, pues Julio Villareal quien la comprara en 1991 por ciento noventa cinco
millones de dólares, después la vende en el 2006, a empresarios de la India por mil cuatrocientos
millones de dólares, hoy la siderúrgica se considera que es la productora más grande de acero a
nivel mundial.
La injusticia, el perdón de los delitos es lo que se practica en la Suprema Corte de Justicia de la
Nación (SCJN), donde los ministros y su presidenta, para más burla, portan togas de seda valuadas
en seiscientos mil pesos, que usan para ordenar cárcel domiciliaria a un exgobernador de Puebla,
conocido como “gober precioso”, acusado de practicar la pederastia y agredir a una periodista.
Ese poder se ha burlado del pueblo mexicano, acusándole de ser ignorante, sin capacidad para
nombrar en las urnas a quienes deben, por su profesionalismo, capacidad, honestidad a los que
deben estar desempeñando la importante tarea de dar a cada quien lo que se merece. Hoy
cualquiera, con el suficiente dinero, puede comprar a jueces, magistrados y hasta notarios para
que certifiquen que son dueños, con escrituras, ser dueños de un bien ajeno. Así sean bienes
municipales, de comunidades indígenas.
Los ignorantes de ese poder, ni siquiera saben que los humildes, de quienes hacen mofa, burla,
realizan una Revolución, una reforma agraria, la enseñanza en todo el país; acompañan a los
presidentes para recuperar el petróleo, la electricidad, los ferrocarriles, la mina de sal más grande
del planeta.

Compartir: