Alejandro Martínez Castañeda

El trabajo que despliegan las abejas ha sido históricamente asemejado al que emprenden las
cooperativas para lograr sus objetivos. A propósito del pasado 17 de agosto en que se celebró el
Día Mundial de las Abejas, la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) refiere que las abejas son el
mejor ejemplo de cooperativismo que existe: trabajan juntas, como si fuesen miembros de una
cooperativa, para ayudar a construir un mundo mejor para toda la comunidad.

La ACI recuerda que los Pioneros de Rochdale utilizaron el símbolo de la colmena en la decoración
de su primera tienda cooperativa, convirtiéndose en un emblema del espíritu cooperativo y varias
empresas cooperativas en todo el mundo utilizan la colmena como símbolo representativo de la
industria y la cooperación necesaria para llevar a cabo el trabajo. Los Pioneros de Rochdale
fundaron, en 1844, el movimiento cooperativo moderno en Lancashire (Inglaterra) al conformar
una cooperativa de consumo que utilizaba los excedentes en beneficio de la comunidad. Desde
entonces, el movimiento cooperativo ha prosperado y se ha extendido por todo el planeta.

Las abejas son una muestra fascinante del comportamiento cooperativo. Las abejas obreras
trabajan de manera conjunta para encontrar y recolectar el néctar y el polen, y comunican a sus
compañeras dónde se encuentran las fuentes de alimento mediante complejos movimientos o
«danzas». Las abejas colaboran entre sí para construir los panales en sus colmenas y para
mantener la colmena a la temperatura adecuada. También se unen en grupo para defender a la
colmena si se sienten amenazadas.

Las abejas se organizan y trabajan juntas. Saben que juntas pueden conseguir mucho más que
solas, ya sea para construir su hogar, para encontrar comida, para defenderse o para migrar. Este
es el principio sobre el que se basan las cooperativas: los miembros se unen para satisfacer
necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales comunes.

Las abejas trabajan por el bien de toda la colmena. Producen miel que comparten entre ellas y
abastecen a todos los miembros de la comunidad, cada uno de los cuales tiene su propia función
en la estructura de la colmena. Los cooperativistas también obtienen beneficios por pertenecer a
una cooperativa, ya sea de trabajo, de vivienda, de consumo, o de cualquier otro tipo, y los
excedentes revierten a los miembros cooperativistas o se utilizan en beneficio de la organización.

El trabajo de las abejas también beneficia a otros. Al polinizar las plantas, las abejas también
benefician a otras especies. Las cooperativas también benefician a otras comunidades, por
ejemplo gracias a la cooperación entre cooperativas o al interés por la comunidad.

En ese sentido, el espíritu cooperativo se traduce en la búsqueda de la transformación y creación
de un nuevo mundo por medio de estrategias que ayuden a mejorar el bienestar social, siempre
en concordancia con los principios y valores del Cooperativismo Universal: Ayuda mutua,
Responsabilidad, Democracia, Igualdad, Equidad y Solidaridad.

Las personas con espíritu cooperativo se caracterizan por ser altruistas, reforzando así su
cooperación social y supone que el cooperador ha de estar impregnado de un alto sentido social.

Fuente: https://ica.coop/es/sala-de-prensa/noticias/espiritu-cooperativo

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