FIDEL RODRÍGUEZ RAMOS
Sí en el nivel de la niñez, se encuentran el PRI y PAN, que podemos esperar del futuro de México,
los dirigentes de esos dos institutos, hoy se niegan a aceptar la decisión de la mayoría de los
diputados federales, locales, de los senadores, que para sorpresa de todos validaron la propuesta
de reformar el Poder Judicial, atendiendo a un malestar no solo de ellos sino de millones de
mexicanos que se sienten burlados por la falta de justicia, no hay justicia en todos los quehaceres
de la vida social, pues el sólo caso de saber que la mitad de los trabajadores son informales, que
ganan poco, lo demuestra.
No hay recepción de la lucha de los trabajadores del Poder Judicial, porque dicen que la
democracia está en peligro, nos insultan, pues todos sabemos que sólo hemos pisado el primer
escalón de la misma, pues nos han reducido a solo votar, designar a quienes durante setenta años
se robaron o entregaron lo que era nuestro, ese tipo de “democracia” fue muy cara, pues aparte
de que nos ofendieron, teníamos que pagarles para ser atracados.
En los últimos treinta años, fuimos juguete de ellos, de sus ocurrencias, como entregarnos a EUA
y Canadá a través de un tratado comercial que arruina la agricultura, la industria. Los que hoy se
dicen ofendidos, aceptan, LEGALMENTE, sin nuestra participación una abusiva reforma energética;
un endeudamiento de dos billones de pesos con los banqueros que ni mexicanos son.
Humildemente, se pidió a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) qué POR FAVOR, por lo
menos hicieran una consulta a la ciudadanía para que la misma decidiera si se aceptaba, el
arbitrario proceder de Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo y Enrique Peña Nieto, sólo la burla
fue su respuesta.
Ese poder, ya en el gobierno de Obrador, creyó qué si había una consulta para quitarlo de su
gobierno, seguramente el pueblo diría que sí. Los senadores, con bombo y platillo anuncian esa
consulta, diciendo que eso había sido fruto de su preocupación. En esa fiesta estaban, cuando de
pronto supieron que el pueblo pediría que el Presidente siguiera en funciones, la Suprema Corte,
ya no pudo detener el proceso. La gente empieza a votar, en la Colonia Ibarra, de Pátzcuaro la
gente vota a favor del mandatario, habiendo sólo un voto nulo. La Corte ante ello, cínicamente,
declara, antes de que se cerrarán las casillas que el ejercicio democrático, no tendría ningún valor.