Desde el año pasado, cuando intuíamos el segundo gane de la Presidencia de México, de parte el
Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), comentábamos que el actual gobernador de
Michoacán, se iría al equipo de Claudia Sheimbaum, y de que algún presidente municipal
terminaría su período constitucional.
En el caso que se dé lo anterior, quizás, quien lo releve sea alguien muy conocido por los
patzcuarénses. Eso lo decíamos a un amigo y, nos dice que no será así, que en todo caso el
afortunado sería Raúl Morón Orozco, que anda persiguiendo la gubernatura desde hace ya tres
largas décadas. Hace años ya casi la arañaba.
La incasable derecha, pacientemente espera los sucesos del próximo 26 de septiembre, para
colgarse de un descontento nacional, espera que se dé por motivo de los #43 de Ayotzinapa. Hoy
contenta observa lo que pasa en Sinaloa, Chiapas y el botellazo de agua que le avientan a nuestro
mandatario el domingo 22 de septiembre en el puerto jarocho, eso prende, otra vez, la “lucha” de
los trabajadores del Poder Judicial que se comieron el cuento de que su empleo lo perderían con la
reforma, cambio en una instancia que hace todo lo contrario, contra el pueblo que nos los sigue,
porque sabe que la justicia siempre ha sido una vil mercancía que tiene precio.
El proceso de examen de oposición, para ocupar una plaza de trabajo, se da ya en Comisión
Federal de Electricidad, en el SNTE y en varias dependencias. Sí “hubiera” Instituto Nacional de
Acceso a la Información (INAI), ya desde cunado sabríamos cuánto gana la encargada de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación. Si “hubiera”, Comisión Nacional de Derechos Humanos
(CNDH), sabríamos lo que ocurre con los desaparecidos de Ayotzinapa. En este circo vivimos sin
información y derechos, a pesar de que la información es un “derecho” en México, desde
principios del Siglo XXI. (RF)