Fidel R. Ramos Genaro García Luna, durante el mandato de Felipe Calderón, era la máxima autoridad encargada
de combatir al narcotráfico, sin embargo, en vez de ello, se dedica al mismo oficio, a hacerse de la
vista gorda, para recibir a cambio millones de dólares.
En el 2019 se le detiene en EUA, tras un largo proceso, las autoridades de ese país, le demuestran
su culpabilidad, aquí en México, se congelan las cuentas bancarias a su esposa, pero el Poder
Judicial hace lo contrario, se las devuelve. Dentro de unas horas, en éste 16 de octubre, se sabrá
cual pena se le aplicará, el cuerpo de abogados que defiende a García Luna pide veinte años de
prisión para su cliente, en cambio el juez que lleva su caso, se asegura, que pedirá la cadena
perpetua.
A ese extremo llega el mexicano, por no mencionar a las gentes que le ayudaron o consintieron
su actuar criminal y, su conducta es explicable, pues seguramente su actuar lo conoce
perfectamente Calderón. Antes del 2 de junio de este año, a momentos de las elecciones
presidenciales, García Luna asegura que Obrador estaba involucrado con el narco, de igual manera
procede Lilly Téllez; otro tanto hace Xóchitl Gálvez que llama a su oponente de Morena
“narcocandidata”. A ese grado de descomposición llega el PAN, que hoy se dice ofendido a causa
de la llamada Reforma Judicial, subiéndose oportunistamente al carro de la protesta de los
trabajadores de ese poder, a quienes reiteradas veces se les ha dicho que sus puestos de labor, ni
derechos están en peligro, ellos están en una huelga que nos ha costado nueve mil millones de
pesos.