María Lupita R. Rosas
Mientras millones de hombres y mujeres, ganan a la semana, menos de dos mil pesos, la
senadora Lilly Téllez gana como senadora al año, dos millones de pesos, además de quinientos mil
pesos en prestaciones, la ex conductora de la televisión comercial, ya le agarró gusto a “trabajar”
en el senado, donde se la pasa diciendo un mar de disparates y ofensas, la última llama a Claudia
Sheimbaum, “buscapleitos”, porque no le gusta la forma en acaba de dirigirse a quien será el
próximo presidente de EUA, el señor Trump.
Durante décadas, hasta este 2024, el senado fue un servil instrumento de los caprichos
presidenciales, nadie ahí osaba levantar su voz, frente al amo que presidía el poder ejecutivo,
como alguna vez lo hace Porfirio Muñoz Ledo. Ese servilismo sirve para dañar en extremo al
pueblo, que nunca supo, como muchos todavía hoy, cuál es su verdadera función.
Pero la señora es algo muy especial, Andrés Manuel López Obrador, le regala un alto puesto en el
poder legislativo, la malagradecida, con un profundo esfuerzo de quienes llevan una lucha de
treinta años, de pronto da un giro de 360 grados para renunciar al Movimiento de Regeneración
Nacional, e irse con el PAN. Ahora en las pasadas elecciones presidenciales, el PAN como Obrador,
le regala una senaduría, y como quizás a la señora no le gusta hacer el más mínimo esfuerzo,
frente a lo que ella cree que es una chusma, ella no hace campaña, llega por el fácil camino de las
plurinominales.
Mientras la mitad de la población mexicana, no haya la puerta por tanta alza de precios en todo,
Téllez, Ricardo Anaya, Marko Cortés, Alejandro Moreno se la pasan de chupete, en la pura grilla,
declarando que están trabajando por una nación que por poquito la vuelven cenizas. Un diputado
federal gana al mes 75 mil 609 pesos, además obtener 40 días de aguinaldo y, más gastos
funerarios de hasta un mes.