Fidel Rodríguez Ramos

   Desde temprana hora en Hermosillo, Sonora la señora Lidia, en 1975 se encontraba formada para votar, de pronto, antes de que iniciara la jornada, sale de la fila dirigiéndose a donde estaban las urnas, toma una y ante la vista de todos comienza a moverla, todos escucharon el balanceo interno de decenas de sufragios, puestos antes para favorecer al poderoso tricolor.

  Con ese tipo de trampas, era difícil que perdiera el partido de la bandera, creado en 1929. Además cuando eso fallaba, actuaban los órganos de gobierno para reprimir, eliminar o desaparecer a quienes osaran disputar su hegemonía. A pesar de ello, en muchos sitios del país, se hace presente la inconformidad, con medios pacíficos tratan de hacer valer los interese populares. En ello se distinguen en Chihuahua Francisco Barrio, en San Luis Potosí el médico oftalmólogo Nava, los sacerdotes Sergio Méndez Arceo, Arturo Lona en Puebla y Oaxaca respectivamente.

  Pero sería en 1987 cuando la inconformidad se aglutina al lado de la figura de Cuauhtémoc Cárdenas, quien es expulsado del PRI por oponerse a la falta de democracia. Forma la llamada Corriente Democrática con la maestra Ifigenia Martínez,  Porfirio Muñoz Ledo, quien tiene la osadía de interrumpir, interpelar al presidente José López Portillo cuando daba su informe de gobierno. Hay represión sobre ese grupo que es seguido por provocadores en todos sus actos, como en Morelia donde decenas de personas escuchamos en un teatro universitario los planteamientos cardenistas.

   Todo se intenta para sofocar esa inconformidad, se secuestra en Morelia a un hijo de Cuauhtémoc Cárdenas y, antes de las elecciones presidenciales de 1988 donde Cárdenas disputara el máximo cargo ejecutivo a Carlos Salinas de Gortari, se asesina a Francisco Xavier Ovando y Román Gil, con un fraude cibernético Salinas se hace del poder.

  Sin embargo la semilla de inconformidad empieza a rendir frutos, en 1989 los maestros de Michoacán se rebelan contra el control que sobre ellos ejercía una camarilla de fieles serviles del gobierno, aglutinados en el Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE), la osadía tiene su precio de sangre, pues mueren dos maestros y una maestra. Son detenidos decenas de docentes, quienes impotentes observan como sus dirigentes eran golpeados brutalmente. Una mujer, Fabiola Alanís quien hoy colabora con el gobierno de Obrador, con valentía les grita a los verdugos, exige que no los siguieran agrediendo.

   Así con esos sacrificios, se va construyendo el actual panorama, en el oriente michoacano, en Tejupilco es balaceada una manifestación, uno de los objetivos era con seguridad el ingeniero Heberto Castillo que milagrosamente se salva. El movimiento cardenista, hace posible el nacimiento del Partido de la Revolución Democrática (PRD), el pueblo elige a muchos maestros como candidatos para ocupar presidencias municipales, como en Aguililla donde gana Salomón Mendoza Barajas quien por defender los intereses populares es detenido, acusado de narcotráfico. El PRI no podía tolerar esa rebeldía, trata de sofocarla con la muerte en el país de quinientos perredistas; desconociendo triunfos para legítimamente ocupar la gubernatura purhépecha.

  La historia sigue adelante, en 1994 se registra la insurrección indígena chiapaneca, donde mueren militantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), enfrentados a las tropas del mal gobierno. Las esperanzas de un México mejor renacen en el 2000 con el triunfo de Vicente Fox. Los estudiantes nuevamente se vuelven actores principales, para impedir la privatización de la educación. Por fin en el 2018 la sociedad exige, cuida un proceso electoral donde triunfa Andrés Manuel López Obrador, quien sufriera en el 2006 un atraco panista que favorece a Felipe Calderón Hinojosa.

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